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Incontinencia urinaria en personas mayores
Cómo enfrentarse a la incontinencia urinaria en personas mayores
Se calcula que la incontinencia urinaria en personas mayores de 65 años afecta, aproximadamente, al 25% de esta población.
Es un problema que se incrementa con la edad, que afecta más a mujeres que a hombres, pero que tiende a igualarse a partir de los 80 años.
Definición de incontinencia urinaria en personas mayores
De acuerdo con la definición de la OMS, “la incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que constituye un problema social o higiénico importante y es demostrable de forma objetiva”. Este trastorno puede tener un fuerte impacto en la calidad de vida de la persona mayor.
Implica la pérdida de la función fisiológica del control de la micción, aprendida en la infancia.
Puede ser una enfermedad en sí misma, pero también un síntoma asociado a otros problemas de salud como, por ejemplo, la esclerosis múltiple.
Síntomas de la incontinencia
Entre los síntomas más habituales que acompañan a la incontinencia urinaria en personas mayores, sobresalen los siguientes:
- Pérdidas de orina durante actividades cotidianas, como hacer ejercicio, agacharse e incluso toser.
- Necesidad repentina de orinar inmediatamente.
- Escapes de orina sin aviso previo.
- No ser capaz de llegar al baño a tiempo.
- Tener la sensación de vejiga llena tras la micción.
- Mojar la cama durante la noche.
Causas
Las causas que motivan la incontinencia urinaria en personas mayores son múltiples y de diferentes tipos. Por ejemplo:
- Trastornos del sistema urinario, obstrucciones.
- Debilidad del esfínter urinario o de los músculos de la pelvis
- Trastornos neurológicos.
- Deterioro cognitivo
- Enfermedades neurodegenerativas
- Efectos secundarios causados por determinada medicación.
- Problemas prostáticos
- Vejiga hiperactiva
- Estreñimiento severo
- Cáncer de vejiga
Factores de riesgo
La edad avanzada y el sexo femenino son dos factores que predisponen a este trastorno. A continuación, enumeramos algunos más:
- Antecedentes familiares
- Deterioro cognitivo
- Tos crónica
- Estreñimiento
- Sobrepeso
- Diabetes mellitus
- Cirugía genital previa
- Infecciones urinarias
- Enfermedad cerebrovascular
- Determinados medicamentos (diuréticos, antidepresivos, etc.)
Efectos de la incontinencia urinaria en las personas mayores
La incontinencia urinaria en personas mayores puede llevar a un deterioro en los planos físico, funcional y emocional.
Las consecuencias psicosociales pueden incluir cuadros depresivos, ansiedad y aislamiento social. Suele afectar a sus relaciones personales.
La incontinencia urinaria potencia el riesgo de desarrollar infecciones en las vías urinarias.
Además, la orina irrita la piel, por lo que puede contribuir al desarrollo de diferentes alteraciones en la piel y a la aparición de úlceras por presión en personas mayores encamadas.
Por otro lado, a menudo la urgencia por orinar a estas edades es causa de caídas y fracturas que limitan de forma importante la autonomía y la calidad de vida.
Tipos de incontinencia en los mayores
Incontinencia por esfuerzo
La pérdida involuntaria de la orina se produce tras la realización de esfuerzos que implican a la zona abdominal, como toser, estornudar, reír, etc. Más común en las mujeres.
Incontinencia de urgencia
La pérdida involuntaria se sucede inmediatamente después de haber sentido urgentes ganas de orinar.
Incontinencia por rebosamiento
Cuando la vejiga está demasiado llena, se produce un goteo de orina, que puede ser pequeño pero también constante, lo que puede provocar grandes cantidades totales. Tiene mayor incidencia en la población masculina.
Incontinencia funcional
No está relacionada con dificultades de control de la micción, sino con incapacidades físicas o problemas mentales.
Incontinencia mixta
Cuando se combinan la incontinencia de urgencia y la de esfuerzo.
Incontinencia urinaria transitoria
Tiene una duración inferior a 4 semanas y, por lo general, no hay una alteración del tracto urinario.
Incontinencia urinaria persistente
Supera las 4 semanas de evolución y está vinculada con alteraciones estructurales en el tracto urinario o fuera de este.
Cómo se valora si la incontinencia urinaria es leve, moderada o severa
Para valorar el grado de gravedad de la incontinencia urinaria en personas se tienen en cuenta los siguientes aspectos:
- Frecuencia de la pérdida de orina
- Volumen de orina no controlada
Si la pérdida de orina se produce una vez al mes o menos, independientemente del volumen, estamos ante una incontinencia leve.
Cuando la frecuencia es de una o varias veces a la semana, pero el volumen de la pérdida es bajo, hablamos de una incontinencia moderada.
La incontinencia severa se caracteriza por pérdidas de orina diarias o de varias veces a la semana con volúmenes notables.
Tratamientos de la incontinencia urinaria
El tratamiento de la incontinencia urinaria en personas mayores debe iniciarse con procedimientos personalizados y poco invasivos, e ir tomando otras medidas si estos no funcionan.
Ejercicios de Kegel
Se trata de unos ejercicios indicados para fortalecer los músculos de la uretra. Básicamente, consisten en contraer la musculatura varias veces al día con la frecuencia semanal que indique el especialista. Esta técnica ha obtenido buenos resultados, sobre todo en mujeres.
Tomando medicación
Los tratamientos farmacológicos más habituales son:
- Anticolinérgicos
- Relajantes musculares de acción vesical
- Alfabloqueadores
Cirugía
Si los tratamientos anteriores no dan resultado, pueden ser necesarios otros más intervencionistas.
Prevención ante la incontinencia urinaria
La prevención de la incontinencia urinaria en personas mayores no siempre es posible, pero existen pautas que pueden ayudar a disminuir el riesgo:
Llevar una dieta saludable
Mantener una dieta equilibrada y una buena ingesta de líquidos ayudará a evitar el sobrepeso, el estreñimiento y la diabetes, que son factores de riesgo. Evitar alimentos irritantes, como el alcohol, la cafeína, etc. también puede ayudar a prevenir el problema.
Hacer ejercicio
Hacer ejercicio moderado con regularidad, y ejercicios de suelo pélvico en particular, contribuye a evitar la incontinencia.
Establecer una rutina de micción
Evitar aguantarse las ganas, reteniendo la orina, ya que este mal hábito puede desgastar la musculatura vesical y provocar una infección que cause la incontinencia urinaria.
Es conveniente fijar una rutina de vaciado de vejiga, en horarios determinados, aun cuando no exista una necesidad urgente. Una vejiga descargada siempre responde mejor ante cualquier imprevisto. Un buen hábito ayudará a evitar micciones no deseadas y a mejorar los síntomas
Conclusión
Aunque la incontinencia urinaria aparece, a menudo, asociada al envejecimiento, no es algo inevitable. Existe margen para la prevención y tratamientos eficaces que ayudan a manejar el problema.
Sin embargo, es una alteración ante la que los profesionales y familiares debemos estar muy alerta para detectar sus síntomas y encontrar el tratamiento adecuado.
La incontinencia urinaria en personas mayores puede tener implicaciones contraproducentes en la conducta social, la pérdida de independencia y autoestima de la persona. Es una de las principales causas orgánicas de automarginación.
En Caser Residencial disponemos de los mejores especialistas que pueden ayudarte para que este problema no se complique ni desencadene otras patologías más graves.
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